viernes, 10 de febrero de 2012

Un viernes cualquiera






Deja de sufrir y de sentir esas cosas. Deja de llorar y de pensar tanto. ¿Por qué no disfrutas tan sólo de lo que tienes? ¿Por qué te esperas tanto de la gente y luego te clavan el puñal por la espalda? ¿Por qué es en días como estos cuando te pones a pensar en todas estas cosas que te hacen sufrir tanto?
La razón es muy sencilla. Hoy es uno de esos días en los que estas mal y esperas que alguien te ayude. Qué ironía. ¿Ayudarte? ¿A ti? Si da gracias a que la gente sabe que existes… ¿por qué pides tanto?...Pues porque hay alguien ahí al que sí que piensas que le importas. Alguien que piensas que te puede ayudar…no, que sabes que te va a ayudar. ¿Y qué pasa? Que lo tienes delante y esta igual de frío que últimamente. Que te das cuenta de que no va a saber ayudarte. Que cada día está más lejos. Que las cosas han cambiado. Y te matas por dentro, porque te sientes sola. Completamente sola en este mundo tan grande. Que oyes voces de gente que quizá te dice “estoy aquí…cuando me necesites”… solamente ecos. Que estas harta de el mundo que te rodea, que no hacen más que añadir lágrimas a esa colección tan grande que tienes ya… Y si por casualidad había alguien que podía ser diferente… y te da rabia, muchísima. Por que vuelves a estar igual que hace 10 meses. Vacía por dentro. Parece que tu corazón no late, no quiere sentir. Tienes miedo de sufrir, y está cada segundo temiendo si a cada latido le dolerá más. Tienes miedo de volver a caer al agujero infinito y oscuro. Tienes miedo. Y pensar que pusiste esperanzas en aquella persona que te prometía tantas cosas. Qué fácil es decepcionarse unos a otros. Lo difícil es que no pase nunca…bueno, más que difícil, imposible. Lo triste es que no sabes ir sola por la vida, que necesitas atarte a alguien. Pobre inocente…y así te va. Y sabes que está mal, que tienes que cambiar, pero no quieres. Sigues poniendo esperanzas en un mundo perfecto con la persona perfecta…que día a día sientes que está más lejos y sientes que es más inútil luchar, porque te quedas sin fuerzas...otra vez.
Y el miedo te come, no quieres volver a caer, buscas la salida pero no aparece. Como en una pesadilla en la corres queriendo llegar a ese sitio que nunca alcanzas. Silencio. Llanto. Y notas como de nuevo todas esas piedras vuelven a caer encima de ti, aplastándote, y haciéndote pequeña, más de lo que ya lo eres.
Vuelves a estar defraudada, cansada, sufriendo y dejándote atraer al puto agujero del que nunca debiste salir.



jujuju-.

0 comentarios:

Publicar un comentario